Por supuesto que no, huir es apartarse de algo o de alguien deprisa para alejarse de un peligro o molestia, mientras que marcharse significa trasladarse, caminar o abandonar un lugar. Entonces… ¿cuál es la diferencia entre ambas palabras?
La diferencia radica en si hay o no hay aprendizaje adquirido. Cuando abandonas una situación deprisa sin haber aprendido nada, estas huyendo, y esta situación en cuestión siempre nos quiere enseñar algo de nosotros mismo, además al marcharnos así nos vamos con sentimiento de odio en nuestro interior que probablemente se quede enquistado en nuestro inconsciente y por lo tanto cometeremos los mismo errores una y otra vez.
Por desgracia estas huidas la hacemos muchas veces a lo largo de nuestra vida, y frecuentemente ocurre cuando rompemos una relación amorosa o de amistad. Uno de los dos no saben el porqué de la huida del otro…
“No sé qué ha pasado”
“No entiendo que ha ocurrido realmente”
“De repente se marchó”… ¿Te suena estas frases?
Así pues, huir es marcharse sin amor, sin aprendizaje, sin saber como actuar en el futuro para que no se repita y sobre todo sin aprovechar las oportunidades que no da la vida para llegar a ser cada vez más empáticos y asertivos. Es sufrir sin aprender, lo que sería un sufrimiento inútil.
Toñi Puertas, tu psicóloga en Marbella.