El escorpión y la rana.

Esta fábula se le atribuye a Esopo, entre tantas otras, como la liebre y la tortuga, la zorra y las uvas etc.

 Aquí  un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río montado en su lomo, naturalmente la rana se niega alegando que le va a picar, el escorpión promete  no hacerle ningún daño, pues si lo hace, ambos morirían ahogados.

La rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula y medio moribunda ,  «¿cómo has podido hacer algo así?, ¡ahora moriremos los dos!;  yo envenenada y tu ahogado,  ante lo que el escorpión responde: «no he tenido elección, es mi naturaleza».

La moraleja de la historia se pueden interpretar de varias maneras, una de ellas es la siguiente:

No esperes de nadie,  algo que es imposible de concederte, debido a su naturaleza, haciéndote ilusiones de que puede cambiar, simplemente te estás autoengañando, creyendo que esa persona puede ser igual que tú o que va a cambiar. Esto lo vemos mucho en las relaciones de pareja, sobre todo en los casos de infidelidades. El que cruza la línea una vez, lo hará en más ocasiones.

Como dice el refrán, el que nace barrigón buena ganas que lo fajen.

Otra moraleja es que hay  personas que sacan su maldad, bien debido a su naturaleza, o a las vivencias que han tenido pero que no dan más de sí, incluso con sus actos se hacen daño a sí mismo, sobre todo lo vemos en personas ambiciosas .

Toñi Puertas, tu psicóloga en Marbella.

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