Es peor provocar envidia que tenerla. Es decir lo malo no solo es el que tiene envidia, es mucho más grave el que la provoca.
Una persona envidiosa es aquella que no admira las grandezas ajenas, pero tampoco las suyas, sino que las critica. Ni come ni deja comer.
Sentir envidia es una emoción humana natural, no es malo sentir envidia; todos hemos estado ahí en algún momento, pero lo verdaderamente dañino es cuando nos enfocamos en provocar envidia en los demás. Por ejemplo, compartir en redes sociales solo lo mejor de nuestras vidas para hacer que otros sientan que les falta algo. En lugar de construir relaciones genuinas, creamos un ciclo de competencia y descontento, además de comparación y competencia, haciendo que los demás se sientan frustrados y con la autoestima baja, en vez de eso, enfócate en celebrar tus éxitos con humildad y empatía.
Al final, la verdadera satisfacción viene de compartir tu felicidad, no de generar malestar.
“Seamos auténticos y sanos emocionalmente”
Toñi Puertas.
Psicóloga en Marbella.
