Los Amantes
En primer lugar quiero dejar claro que en este artículo no se está juzgando si es moral o no tener un amante, esto corresponde a cada cual, de acuerdo a su escala de valores.
Cuando se tiene una relación íntima con una persona casada o con pareja, de forma casual, eso es una aventura simplemente.
Hablamos de amante cuando esa relación es a menudo, se repite con frecuencia y está en agenda.
Hay personas que tienen un amante durante años, si esta relación va acompañada de sentimiento de culpa conlleva un estrés continuo; en esta vida hay que convivir con las decisiones que se toman, cada acción lleva una consecuencia, si el sentimiento de culpa está presente va a generar angustia, poniendo en peligro nuestra dignidad y en lugar de disfrutar genera un conflicto.
Cuando esa relación dura mucho en el tiempo, por ejemplo a partir de 5 años, lo que empezó como un encuentro divertido, placentero y de puro sexo, empieza a involucrarse afectivamente generando emociones potentes. Las mujeres normalmente se involucran más que los hombres debido a la personalidad femenina. El hombre se involucra de forma diferente por lo general , normalmente le afecta menos, pero si lo hace empieza a sentirse culpable y siente que tiene que dar más, por ejemplo en el caso de hombres neuróticos obsesivos les afecta más que la amante lo vea con su mujer que viceversa.
Puede ocurrir que no se involucren ambos.
La casuística dice que cuando el amante o la amante, no se separa en los primeros ocho meses no se separa nunca, así que la espera del otro es inútil.
Para ser un buen amante es necesario mantenerse en la línea del deseo sin cruzar la frontera del amor, siendo muchas veces más difícil renunciar a un deseo o tentación, que renunciar al amor. La infidelidad preocupa mucho porque es muy frecuente cruzar dicha frontera, y terminan enamorándose.
Lo más triste de este juego de amantes, es la esperanza, se inventan mil historias para tener esperanza, se creen sus propios cuentos… se lleva mal con la mujer, hace mucho que no tienen sexo, el-ella no se separa por los chicos, bla bla bla… espera dos, tres, cuatro años, y mientras espera la vida se le va, pierde oportunidades de encontrar un buen amor, es lo que se llama «el vacío fértil,« el amante ocupa su vacío fértil y mientras esté ahí, no puede entrar en ese vacío la persona correcta. No construye una vida propia, perdiendo energía y tiempo, esperando y esperando infantilmente que el amante le mande un mensajito nada más terminar las campanadas del 31 de diciembre ¿te suena?
Recuerda tu obligación es ser feliz.
Toñi Puertas, psicóloga en marbella.