¿Por qué somos infieles?

Nos guste o no, y a pesar del rechazo social, la infidelidad ocurre y ocurrirá, la mayoría la podemos ver como una acción egoísta, una venganza, una maldad… todo estos esquemas o programas  nos los han metido desde pequeños y hace que no afrontemos su verdadero origen;  lo cierto es que detrás de toda  infidelidad se esconden  móviles psicológicos muy complejos y a veces no es mala, aunque sea difícil superarla.

Motivos y dinámicas de una infidelidad.

  • En algunas parejas uno de los dos no quiere sexo, bien porque lo vive como algo engorroso o poco interesante, debido a diferentes motivos, aquí no vamos a entrar,  él o ella se siente liberado-a cuando el otro toma un amante, como si entre el amante y él se repartieran el espinoso trabajo de la intimidad y la sexualidad.
  • Otras veces el amante actúa de espoleta para disparar una crisis y abrir la puerta a una separación que se ha estado tejiendo, sin que ninguno de los dos fuera capaz de abordarla hasta la llegada de un tercero. El tercero aparece como el malo de la película cuando en realidad viene a hacerle un favor a los dos.
  • Venganza no amorosa. Aquí el infiel está castigando a su pareja con una infidelidad para compensar una herida, y utiliza al amante para hacerle daño a su pareja.
  • Otra forma de infidelidad se relaciona con la repetición de patrones familiares, son deseos inconscientes de parecernos a nuestros ancestros. “Fidelidad familiar”.
  • Otras veces las personas que tienen amantes lo hacen por miedo, tienen temor al abandono, y sienten pavor a quedar atrapados de verdad en una relación. Por lo tanto se sienten más a salvo si tienen amantes. “Entre todos no arriesgo mi corazón”.
  • Finalmente, viene una explicación que no tiene explicación… el amor es así, el mundo es así … es un misterio, no se sabe quién mueve los hilos.  La vida es muy caprichosa y a veces hay parejas que se rompen en contra de todo pronóstico, surge un tercero que te enamora a pesar de querer a tu pareja. ¿Se puede querer dos personas a la vez?  La respuesta es que sí, y que no sólo es normal sino que además no podemos evitarlo. En fin… espero que no te ocurra… a ti que estás leyendo este artículo.

Toñi Puertas.


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